segunda-feira, 1 de outubro de 2007

Flipándolo

Con lo rara que es la gente. O yo. A saber.
En tu pensamiento lo tienes totalmente claro que es eso, el cambio, el soplo explosivo de vida, lo que tiene que salir de tí, y solamente de tí. Lo tienes clarísimo que no eres genial, sino humanamente capaz de hacer algo que crees que vale la pena. Intentas convencerte todo el día, y todos los días, que los demás pueden saberlo de tí. Que se lo puedes demostrar, y que para eso son suficientes tus ganas y tu saber y tu indignación, y todas las demás razones que repites a tí mismo cada vez que piensas: "¡Qué fácil es esto al final!"
Pero el resultado es distinto. Una y otra vez te callas, y te dejas llevar por la mierda mental a tu alrededor cuyo olor te penetra el cerebro, y que estimas al final ser imposible combatir. Sufres en silencio, dejas que la nariz lo aguante, aunque tu voluntad es coger una escoba y con ella barrer una detrás de la otra las excrecencias humanas quienes ves oprimiendo tu camino, aunque eres tu él que se lo permite.
¿Y cómo es posible que lo que es real y objetivo pueda mirarse de perspectivas tan distintas?
¿Cómo es posible que tú te fijes en lo bonita que es una ventana, mientras otro se divierte apuntando las decenas de tonalidades de suciedad que su cristal presenta?
¡Vaya puta mierda!

Sem comentários: